Luis Buñuel y "El ángelus" de Millet

El  ángelus es una oración de la Iglesia Católica en honor del misterio de la Encarnación de la Virgen María, que concebirá en su seno al hijo de Dios y que sin lugar a dudas formó parte de la formación de Buñuel. También es el nombre de un cuadro que el pintor Jean-François Millet realizó en 1858-59.  Dicho cuadro representa  una escena campestre al atardecer, con un hombre y una mujer muy cercanos, con las manos juntas  rezando una oración.
El ángelus de Jean-François Millet

Si nos fijamos en el conjunto de la obra de Buñuel y de Dalí, es evidente que el cuadro ha fascinado mucho más a este último. Buñuel sacó a relucir el tema del ángelus en tres de sus películas: Un perro andaluz, Viridiana y en Belle de jour, pero Dalí llegó a tener obsesión por el cuadro. Una obsesión que se inició en 1932.
Una reproducción del cuadro de Millet colgaba en el pasillo de la escuela de Figueres a la que Dalí asistió de niño. La obsesión por ese cuadro se inició en 1932. Al pintor no le interesó una lectu­ra en clave religiosa del cuadro, aunque, obviamente, esta sea ineludible. Prefirió una lectura en clave freudiana, que le sirviera para reelaborar su posición con respecto a la familia, y el sentido de su obra, como hijo y amante. En el curso de una investigación posterior, recogida en su magistral ensayo El mito trágico de «El ángelus» de Millet (empezado en 1932, publicado en 1963), Dalí dio con nu­merosas reproducciones del cuadro de Millet en todo tipo de quincallería: juegos de té, tinteros, cojines…[1]

Según Dalí existen misteriosas semejanzas entre la piadosa disposición de la figura femenina en el cuadro religioso y la posición de la mantis religiosa y el macho en el instante del coito y previo a la terrible fagocitación del macho por la hembra, que caracteriza sus violentas y mortíferas rela­ciones sexuales. De ser así, afirmaba Dalí, el cuadro constitui­ría un ceremonial de muerte, repleto de elementos eróticos, que convocan la castración y esto se produciría a modo de collage, a saber: varias escenas superpuestas en la instantá­nea del cuadro (el antes, el durante y el después de la cópula). [2]

Un perro andaluz


Si anteriormente he expuesto la visión de Dalí sobre el cuadro es porque la primera película de Buñuel en la que aparece el tema es precisamente Un perro andaluz, que como sabemos fue obra de ambos. Buñuel era un gran amante de los insectos y sentía fascinación por la mantis religiosa. En Un perro andaluz se entrecruzan inesperadamente erotismo y muerte, que como ya hemos comentado más de una vez, suelen ir unidos en Buñuel. Aquí el ángelus encierra connotaciones siniestras y amenazantes, al convertir lo religioso en adjetivo que va ligado a la mantis devoradora.

La principal diferencia entre el óleo de Millet y el plano cinematográfico estriba en que, en este último, ambas figuras aparecen hasta el pecho. También difieren en que la mujer no es representada con la cabeza agachada, como sí que ocurre en el cuadro, en clara actitud de oración, sino que adopta una postura más antinatural, como si de un maniquí se tratase. Por lo demás, las semejanzas son constantes. Estamos ante una clarísima y muy original revisión surrealista de una de las cumbres del realismo pictórico del XIX.[3]
Plano final de Un perro andaluz


Ese plano fijo final en el que los amantes están enterrados en la arena en una playa, viene precedido por un letrero prometedor "En primavera". Dicho letrero crea en los espectadores unas expectativas de renovación y renacimiento que son subvertidas una vez más, ya que los amantes terminan, como sabemos, con los cuerpos medio enterrados en la arena y los ojos devorados por los insectos. Erotismo y muerte se unen en esta imagen crepuscular.

 Viridiana


Buñuel inserta la oración del "ángelus" hacia la mitad del metraje, en una secuencia que no tiene relación ni con la secuencia anterior, ni con la posterior, aunque sí con la intención que subyace a lo largo de la película. La secuencia está formada por la yuxtaposición de dos segmentos de planos que se presentan como simultáneos en el tiempo: los que se refieren a los trabajos de albañilería de la finca, y la oración del ángelus, que Viridiana reza con los mendigos. El diálogo es escaso y la narración se estructura bajo el ritmo del montaje y del sonido.
La secuencia evoca de nuevo el cuadro El ángelus, pero Buñuel no se conforma solo con eso, sino que utilizando el montaje como lo hacía Eisenstein, parodia la oración del ángelus y la ridiculiza:
"El Cojo" rezando el ángelus a la izq. de Viridiana. Más adelante intentará violarla
·       Las figuras que en el film ocupan las posiciones de los campesinos [en el cuadro], esas mismas figuras, serán poco después las protagonistas de un acto perverso, cual es la violación de «el cojo» a Viridiana.
·       Los corte de montaje, ruidos inquietantes -de una sierra, de un martillo,…-interrumpen siempre con violencia la oración, la palabra de Dios, a la que inunda de ellos.[4]
Los ruidos (el vertido de la carretilla en este caso) interrumpen la palabra de Dios

·       La mayor agresión se produce a través de la mendiga llamada Refugio, embarazada y sin saber quién es el padre, al presentar un primer plano de ella mientras reza y dice "Y habitó entre nosotros" y más adelante "llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús". La escena la identifica con la Virgen María y lo que lleva en su interior, del que se desconoce el padre, con su hijo. Difícilmente se puede ir más lejos.
Refugio, la mendiga embarazada y sin saber quién es el padre
Como curiosidad, a continuación indico otras obras de Millet en los que también pudo inspirarse Buñuel y los planos de la secuencia, con los que estarían realacionados, intercalados:
Segadores descansando

Los serradores















Los leñadores


Belle de jour

Aquí la escenificación del cuadro de Millet la realizan dos hombres, Pierre y Hudson, y Buñuel la utiliza para ilustrar los fantasmas de Severine, una parisina acomodada que, insatisfecha con su vida conyugal, ha decidido prostituirse de dos a cinco de la tarde. Recién iniciada en ese trance , tiene una especie de ensoñación en la que aparecen en una dehesa de Camargue su marido Pierre y Husson, un amigo de éste. Mientras preparan una caldereta, mantienen un diálogo...En ese momento se oye el toque de una campana y los dos adoptan la posición de las figuras que presiden  El ángelus de Millet. Comienza a llover y Pierre comenta: "Está empezando a expiar". Llenan un caldero con barro y se dirigen hacia Séverine, que está atada a un poste con un inmaculado vestido que los dos hombres ponen perdido de barro, mientras la cubren de insultos obscenos."[5]
Plano del ángelus en Belle de jour



[1] Enric Bou: Daliccionario. Objetos, mitos y símbolos de Salvador Dalí, Tusquets, 2004, pág. 43-6
[2] Vicente Sánchez-Biosca: Luis Buñuel Viridiana, Paidós, 1999, pág. 72
[3] Carlos Salas González: Del cine a las artes plásticas. Relacione e influencias en las vanguardias históricas, Tesis doctoral, Universidad de Murcia. Consultada online. Pág. 135
[4] Pedro Poyato: Las imágenes cinematográficas de Luis Buñuel, Caja España, 1998 pág. 109
[5] Agustín Sánchez Vidal: El mundo de Luis Buñuel. Caja de Ahorros de la Inmaculada, 1993, Pág.:155

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