Ilegible, hijo de flauta, guion de Juan Larrea y Luis Buñuel

La obra contiene el guion
cinematográfico de Buñel
Ilegible  representa un intento  de crear un film poético de índole semi-surrealista en el que las imágenes, que se suceden vertiginosamente, se dirigen al inconsciente del espectador, quien se encuentra ante una representación totalmente fuera de lo común.[1] Pretende ser «un sueño de carácter poético que se desarrolla más allá de la conciencia social, para poner en movimiento las profundidades de la psique».[2]
Larrea y Buñuel ya habían colaborado juntos antes en Los olvidados, Mi huerfanito jefe, incluso en El ángel exterminador, lo cual indica que tenían puntos de convergencia para hacer un trabajo en común. Ilegible, hijo de Flauta, es el título de un frustrado guion cinematográfico escrito entre Juan Larrea y Luis Buñuel y del que las líneas maestras del mismo fueron trazadas por Larrea.

Versiones:


Existen dos versiones del texto, más su adaptación cinematográfica:
·       La versión de 1947 que apareció publicada en Luis Buñuel, obra literaria.[3] Es más cinematográfica y la participación de Buñuel es mayor. En opinión de Agustín Sánchez es preferible a la de 1957, que rompe el escueto y preciso ritmo tan característico de la manera buñuelesca de desarrollar los temas con una economía ausente de las escenas introducidas por Larrea. Por otro lado, este tiende más a la alegorización y el simbolismo, mientras que Buñuel es mucho más irracionalista y se fía más de las pulsiones subconscientes, a cuya peculiar lógica encadenante y desencadenante no tiene empacho en abandonarse.[4]
Al texto se le añadió una Introducción y también un texto complementario titulado Algunos símbolos del film Ilegible. La Introducción no se dirige al público en general sino a posibles productores que pudieran interesarse en la producción de la película. Está redactado en lenguaje sencillo, como para convencer a gente de mentalidad no muy poética de la conveniencia de hacer una película fuera de lo común. Los autores se dedican a explicar lo que es un film poético, a sostener que existe en su juicio un público adecuado para tal clase de producciones, y a exponer el significado y alcance de los principales símbolos usados en el guion.[5]
Juan Larrea
·       La versión de 1957 que sería publicada en la revista mexicana Vuelta en los números 39 , febrero, y 40, marzo de 1980. Esta edición incluye, aparte de unos pequeños cambios de lenguaje, las secuencias añadidas por Larrea y su hija Luciane y no aceptadas por Buñuel. Además, va acompañada del texto titulado: Ilegible, hijo de flauta. Complementos circunstanciales, de Juan Larrea.
·       La adaptación cinematográfica que de la versión de 1947 hizo Buñuel y que fue publicada por Gabriel Morelli en Ilegible, hijo de flauta, editorial Renacimiento en 2007.[6] El texto de la adaptación fílmica preparado por Buñuel fue enviado a Juan Larrea en dos momentos: primero le envía las primeras 43 páginas que abarcan 135 secuencias y poco después Larrea recibirá otras 71 secuencias (por un total de 196) y 65 páginas de las 100 previstas.[7]

Si se comparan las dos versiones, se aprecia que las incorporaciones de 1957 "irrumpen en el texto de 1947 a menudo en bruto, con un ritmo, lenguaje y estilo que suele producir una abierta disonancia con la controlada cadencia narrativa de Buñuel, fácil de advertir por la eficacia, el tono aristado y la muy superior rapidez de reflejos de este último para provocar la sorpresa del lector o espectador y reconducirlo, ya inerme, a su gusto."[8]

Elaboración:


Juan Larrea había escrito en 1927-28 en París, tras sufrir una crisis espiritual, un breve relato titulado Ilegible, hijo de flauta y que el autor perdió en Vallecas en un registro durante la guerra civil española. "La versión de 1927-1928 de Ilegible era, según su autor, un relato en prosa «onírica» que quedó inconcluso porque Larrea no supo continuarlo en aquel entonces. El estilo del texto perdido debió ser muy distinto del de la prosa neutral y como de informe anual del proyecto cinematográfico posterior. Lo más probable es que se haya parecido al de los poemas en prosa y verso del libro Oscuro dominio, también escrito en París hacia 1927-28."[9]
·       El 13 de enero de 1947, ya en México, Larrea vio de nuevo Un perro andaluz con un grupo de amigos, a los que expresa la idea de que los horizontes abiertos por la película de Buñuel en relación con el uso del tiempo y el espacio seguían sin aprovecharse. Los amigos le instan a que retome el texto olvidado y en colaboración con Luis Buñuel transformarlo en un film.
Luis Buñuel

Unos días después, concretamente el 28 de ese mes, Larrea le entrega a Buñuel una sinopsis del argumento, que este encuentra muy apropiado para hacer un guion a partir de él.  Cuenta Larrea: En 1947...“Recordé y escribí sucintamente el argumento de Ilegible y se lo leí a Buñuel. “¡Pero si es un film!”, fue su comentario y, luego, ayudado por Luis y con su colaboración en algunas escenas, compusimos el guion."[10] El film estaba destinado a un público minoritario. Dancigers, era el productor encargado de financiarla, pero el fracaso de la película que Buñuel acababa de realizar para él, Gran Casino (1946), acabó con el proyecto. Se tradujo una sinopsis al inglés para intentar introducirlo en Estados Unidos, e incluso se le añadió una Introducción para los posibles productores interesados, pero tampoco hubo éxito. En esta versión la huella de Buñuel es más clara por su evidente índole surrealista.
Sobre su elaboración Buñuel escribió: Hace nueve años trabajamos en tu casa durante veinte días en un argumento basado en los recuerdos que guardabas de un libro tuyo extraviado. De ese argumento la médula y el mensaje profético eran tuyos, pero las situaciones, los gags, la continuidad y en una palabra la forma, fueron hechas en una colaboración muy cordial. Unos elementos brotaron de ti solo, otros de mí solo y los más fueron fabricados entre los dos. Así, cuando Dancigers llevó el argumento a Nueva York lo hicimos registrar en el Screen Writers Guild de Hollywood a nombre tuyo y mío.[11]
·       En abril de 1957 Buñuel ve la posibilidad de realizarlo a través del productor Manuel Barbachano Ponce y se lo comunicó a Larrea. La mayor extensión de este nuevo proyecto de siete rollos respecto a la versión de 1947 obliga a una ampliación que Larrea lleva a cabo en colaboración con su hija Luciane durante unas cortas vacaciones universitarias en abril de 1947. Se introducen ocho nuevas escenas y entre ellas destaca una multitudinaria Gran Concentración Universal de los Testigos de Jehová, de gran importancia para el escritor.
Una vez recibida la labor complementaria que solicitaba la produc­tora, Buñuel pasa a la realización cinematográfica del borrador. Prepa­ra ocho escenas y rechaza otras, escoge determinados episodios e igno­ra algunos, aunque éstos sean recomendados con energía por el amigo. Borra por completo —ya lo hemos dicho— todo lo relativo al escenario ultramoderno del oceánico meeting de los Testigos de Jehová. En su carta del 8 de agosto de 1957, el cineasta comunica al amigo haberle enviado las primeras 43 páginas que abarcan 135 secuencias y tratan la historia de Ilegible hasta el viaje en tren; poco después Larrea recibirá otras 71 secuencias (por un total de 196) y 65 páginas de las 100 previstas. En ellas, el protagonista, tras alcanzar la tierra, después del naufragio del Favorables, encuentra, entre otros personajes, a un pastor tocando la flauta.[12] Buñuel pensaba iniciar el rodaje en septiembre, pero el proyecto se vino abajo.
Larrea y Gerardo Diego

Cuando Larrea supo que Buñuel no pensaba filmar esa escena, que consideraba buena pero de excesivo costo, se vino abajo el proyecto: Lo que tiene para mí mucha importancia es que prescindas de la escena de los “testigos de Jehová”, por no contar, según dices, con cinco millones de dólares...En mi carta de 22 de mayo te exponía lo perturbado que me hallaba ante la duda de que esa escena...fuera a descartarse, ya que no concebía sin ella el film, y te suplicaba que me tranquilizases al respecto...Para mí el asunto era de los de sine qua non. Como nada me respondiste sobre el particular y es fama que quien calla otorga...me avine a enviarte a ti firmado el contrato...Suprimida esa escena prefiero renunciar al film...Creo que comprenderás que no se trata de capricho ni de testarudez. Ilegible ha ido resultando ser para mí como el extracto de mi vida en función profética de nuestro tiempo y de lo que tras él viene.[13]
·       En 1963 Buñuel pensaba filmar Cuatro misterios, basado en tres o cuatro cuentos, uno de los cuales sería Ilegible, reducido de nuevo a tres o cuatro rollos y con el título de Leandro Villalobos, film inspirado en Ilegible, hijo de flauta, de Juan Larrea. Adaptación de Luis Buñuel. Yo quisiera hacer de Ilegible un film puramente poético, sin mensaje de ninguna clase, aportando cuanto elemento se me ocurra y empleando igualmente los que me parezcan bien de los existentes. Para ello y a fin de no comprometer tus ideales los créditos podrían ser así y los pagos los ya establecidos:
ILEGIBLE HIJO DE FLAUTA
Film de Luis Buñuel
Inspirado en un libro inédito de Juan Larrea.
Así algún día puedes publicar ese libro omitiendo mi nombre por completo. En cambio yo hago un film tomado o inspirado en un libro.[14]
Larrea termina aceptando la propuesta de Buñuel con alguna condición: Unos años más tarde en enero de 1963, volvió Luis a escribirme sobre el asunto. Habiendo desaparecido mi hija, me avine a dejarle hacer como quisiera.[15] Como no estarás dispuesto a filmar la parte última de los testigos de Jehová, así como otras escenas que considero imprescindibles, los créditos podrían redactarse así:
ILEGIBLE, HIJO DE FLAUTA, Parte de un relato fílmico de Juan y Luciane Larrea, adaptada por Luis Buñuel.” [16]
El proyecto se vino abajo, tanto por razones económicas como de censura.

Julio Cortázar (Las Ménades), Carlos Fuentes
(Aura), son los autores de dos de los cuentos
que iba a adaptar Buñuel, junto a Ilegible
en 1963 (der. Buñuel)

¿POR QUÉ FRACASÓ?


¿Cuáles pudieron ser las causas para que un proyecto que les llevó tiempo y esfuerzo fracasara?
*Helena López González de Orduña dice que "Es imposible no ver en Ilegible una formulación de algunos de los motivos recurrentes del pensamiento larreano y, muy especialemente, del mito del Nuevo Mundo. Pero esta presencia de ciertos tópicos del ensayo de Larrea, expresada a menudo de un modo profundamente buñuelesco, no explica por sí sola la discordia entre los dos amigos.
El detalle anecdótico sobre la ruptura tiene que ver con la escena de los testigos de Jehová que Larrea había ideado y que Buñuel no acepta El problema de fondo en realidad reside en lo irreconciliable de dos muy diferentes puntos de vista sobre el fenómeno surrealista. Para Buñuel el discurso surrealista estaba fundado sobre las posibilidades emancipatorias de la imaginación y el humor frente a los sistemas de represión burgueses. Su actitud antimetafísica, en el sentido de no aceptar ningún sistema de valores por encima del hombre, está en la base de la aversión de Buñuel hacia el simbolismo. Por otro lado, ya he señalado cómo el surrealismo larreano se define por la solemnidad de su cometido. Como corresponde con su personalidad idealista, Larrea ve en el Surrealismo, antes que un instrumento político y de subversión, la posibilidad de materializar una utopía antipragmática y apocalíptica a través de la palabra profética del poeta. El Surrealismo trascendente de Larrea, inspirado en la grave profecía del Apocalipsis antes que en el juego y la broma irreverentes, tenía poco que ver con esa transgresión buñuelesca muy poco interesada en alegorías mesiánicas. Una diferencia casi insalvable que Buñuel recoge con mucho sentido del humor en la despedida de la última carta que envía a Larrea en febrero de 1963: "Un abrazo muy estrecho, querido Juan. Tú no eres de este mundo".[17] (el subrayado es mío)
Luis Buñuel
En su opinión la gran e insalvable diferencia entre uno y otro radicaba en que Larrea era incapaz de aceptar esa dimensión lúdica y bromista del Surrealismo, por otra parte tan buñuelesca. La versión de Larrea era mucho más ambiciosa y solemne en tanto que, y he aquí el meollo de la incomprensión entre ambos, simbólica.[18]
Y Agustín Sánchez Vidal resalta que a Buñuel nunca le han gustado los símbolos, sobre todo si van encaminados a sustentar una tesis determinada de antemano...Por eso no debe extrañar que Buñuel no asumiera las adiciones de Larrea a Ilegible, como él mismo ha señalado.
En cuanto a Larrea, nunca podría haber aceptado unos supuestos ateos que negaran sus planteamientos espiritualistas, tal como sucede en un surrealista "ortodoxo" (al menos en este punto) como Buñuel.[19] Y a ese desacuerdo con Buñuel achacaría el fracaso de su colaboración: “En el fondo me satisfizo el fracaso. Y aún me holgué más cuando vi luego el film La vía láctea...Me evidenció que nuestros conceptos acerca del sentido poético de la Vida se bifurcan a partir de cierto punto...”.[20]
Extraordinariamente compleja es la simbología sobre la que se cimenta Ilegible, habida cuenta de que superpone el rico y entrenado subconsciente de Buñuel y la alambicada lectura mitopoiética de Larrea, que, en términos generales, considera que la Historia se comporta como un sueño, lo que permite definirla como la realización de los deseos subconscientes de la Humanidad…El sistema poético de Larrea, basado en la incorporación del elemento religioso al surrealismo -movimiento que, en su opinión, se había autolimitado y cegado irremisiblemente al dejarlo de lado- y en una sistemática aplicación del azar objetivo hegeliano a la lectura de la historia, fecunda admirablemente Ilegible y adquiere una muy plástica concreción al topar con un Buñuel mucho más dado a las empresas de tejas para abajo. Por ello, la doble lectura se impone continuamente, aún superponiéndose en los momentos de plenitud.[21]



Añade Agustín Sánchez al establecer las diferencias entre el surrealismo "ortodoxo" de Buñuel  y el trascendente y espiritualista y por ello "heterodoxo" de Larrea señala que "Donde el poeta vasco procedía a entender ulterioridades, él [Buñuel] se interrogaba más bien por las interioridades; frente al yo colectivo pero consciente, Buñuel, como buen surrealista, profundizaba en el yo inconsciente e individual; frente a los vínculos cabalísticos del Verbo y sus secuelas de alegorías y símbolos, el cineasta mantenía un nutricio cordón umbilical con las imágenes, los gags, el collage o, si acaso, la greguería como técnica que resumía todo eso en el ámbito de la palabra; frente al cordero y la paloma preñados de Apocalipsis y Espíritu, Buñuel estimaba al borrego como bestia gregaria (Susana, El ángel exterminador) sobre cuya iconografía crística ironiza (Simón del desierto) y que, como la paloma (Viridiana, Ilegible) sirve sobre todo para calmar el hambre con ayuda de un buen fuego; frente a la tradición que sustenta a Larrea (ciertas lecturas del deísmo de Swedenborg, del Romanticismo y del Idealismo alemán y del simbolismo), Buñuel se nutre de la corriente materialista que desde Sade se abre paso por entre la obra de Fabre, Darwin y Engels; frente a la mística, la picaresca."[22]
Larrea y Vicente Huidobro
Todo lo anterior se puede resumir diciendo que la ruptura se produce porque ninguno de estos dos grandes creadores da su brazo a torcer y renuncia a sus ideas. Como el proyecto no se llevó a cabo, Buñuel tuvo que esperar a La vía láctea (La voie Lactée, 1968), para conseguir plasmar en imágenes el uso libre que del espacio y el tiempo se preveía en Ilegible, hijo de flauta.
Pero no todo se perdió, pues algunas de las ideas de Ilegible pasaron a sus películas, ya con su sello personal, como el palimpsesto de La vida es sueño que introduce en El gran calavera, o la estructura itinerante que vertebra su trilogía: La vía láctea, El discreto encanto de la burguesía y El fantasma de la libertad.


[1] David Bary: Ilegible, hijo de flauta; guion cinematográfico de Juan Larrea y Luis Buñuel, en: Roberta Johnson & Paul C. Smith, eds., Studies in Honor of José Rubia Barcia, University of Nebraska, Lincolin, 1982, pág. 17
[2] David Bary: Ilegible, hijo de flauta; guion cinematográfico de Juan Larrea y Luis Buñuel, en: Roberta Johnson & Paul C. Smith, eds., Studies in Honor of José Rubia Barcia, University of Nebraska, Lincolin, 1982, pág. 20
[3] Agustín Sánchez Vidal: Luis Buñuel. Obra literaria, Heraldo de Aragón, 1982
[4] Agustín Sánchez Vidal: Luis Buñuel. Obra literaria, Heraldo de Aragón, 1982, pág.287
[5] David Bary: Ilegible, hijo de flauta; guion cinematográfico de Juan Larrea y Luis Buñuel, en: Roberta Johnson & Paul C. Smith, eds., Studies in Honor of José Rubia Barcia, University of Nebraska, Lincolin, 1982, pág. 20
[6] Esta edición incluye también la primera versión de la obra (1947) con sus 2 textos introductorios y el texto introductorio de la versión de 1957.
[7] Morelli, Gabriel, Ilegible, hijo de flauta, editorial Renacimiento, 2007, pág. 31
[8] Agustín Sánchez Vidal: Luis Buñuel. Obra literaria, Heraldo de Aragón, 1982, pág.288
[9] David Bary: Ilegible, hijo de flauta; guion cinematográfico de Juan Larrea y Luis Buñuel, en: Roberta Johnson & Paul C. Smith, eds., Studies in Honor of José Rubia Barcia, University of Nebraska, Lincolin, 1982, pág. 19
[10] En: J. Francisco Aranda: Luis Buñuel. Lumen, 1975, Pág.197
[11] Carta de Luis Buñuel a Juan Larrea (20/8/57). En: José Rubia Barcia: Con Luis Buñuel en Hollywood y después. Edicios do Castro, 1992, Pág.: 177
[12] Morelli, Gabriel, Ilegible, hijo de flauta, editorial Renacimiento, 2007, pág. 31
[13] Carta de Juan Larrea (6/8/57) a Luis Buñuel. En: José Rubia Barcia: Con Luis Buñuel en Hollywood y después. Edicios do Castro, 1992, Pág. 175
[14] Carta de Luis Buñuel a Juan Larrea (20/8/57). En: José Rubia Barcia: Con Luis Buñuel en Hollywood y después. Edicios do Castro, 1992, Pág. 177
[15] Juan Larrea en Max Aub: Conversaciones con Buñuel. Aguilar, 1985, Pág. 378
[16] Carta del 11/1/1963, en: José Rubia Barcia: Con Luis Buñuel en Hollywood y después. Edicios do Castro, 1992, Pág. 180
[17] Helena López González de Orduña: Vanguardia y exilio. Sus representaciones en el ensayo de Juan Larrea. Tesis doctoral. Universidad A Coruña, 2001, págs. 348-50
[18] Helena López González de Orduña: Vanguardia y exilio. Sus representaciones en el ensayo de Juan Larrea. Tesis doctoral. Universidad A Coruña, 2001, págs. 344-5
[19] Agustín Sánchez Vidal: Juan Larrea y Luis Buñuel. Convergencias y divergencias en torno a Ilegible, hijo de flauta, en: Al amor de Larrea, Ed. Pre-textos, 1985, Pág. 136
[20] Agustín Sánchez Vidal: Juan Larrea y Luis Buñuel. Convergencias y divergencias en torno a Ilegible, hijo de flauta, en: Al amor de Larrea, Ed. Pre-textos, 1985, Pág. 125
[21] Agustín Sánchez Vidal: Luis Buñuel. Obra literaria, Heraldo de Aragón, 1982, pág. 288-9
[22] Agustín Sánchez Vidal: Juan Larrea y Luis Buñuel. Convergencias y divergencias en torno a Ilegible, hijo de flauta, en: Al amor de Larrea, Ed. Pre-textos, 1985, Pág. 137-8

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