¿Hay contradicción religiosa en Buñuel?

En los últimos artículos hemos visto algunos temas relacionados con las creencias de Buñuel y que muestran, una vez más, sus contradicciones. Pasa por ser ateo, sin embargo, como él mismo reconoce: ¿creen ustedes que no tengo todavía en mi forma de pensar muchos elementos de mi formación cristiana? [1] Ejemplos:
·       El milagro de Calanda: Es un milagro magnífico, al lado del cual los de la Virgen de Lourdes me parecen casi mediocres.[2]
·       Tambores de Calanda: Es una ceremonia colectiva impresionante, cargada de una extraña emoción…[3]
·       La Virgen: Una ceremonia en honor de la Virgen, con las novicias en sus hábitos blancos y su aspecto de pureza, puede conmoverme profundamente.[4]
Y que podemos resumir en esta frase de Buñuel: Ha quedado un trasfondo cristiano, católico. Yo no soy de la "grey", pero ¿cómo puedo negar que estoy marcado culturalmente, espiritualmente, por la religión católica?[5]
Ese trasfondo cristiano está mezclado con los recuerdos, añoranzas de su infancia que le han dejado un poso común: Culturalmente, soy cristiano […] Comprendo la emoción religiosa y hay ciertas sensaciones de mi infancia que me gustaría volver a tener: la liturgia en mayo, las acacias floridas, la imagen de la Virgen rodeada de luces. Son experiencias inolvidables, profundas[6].
Veamos ahora algunas opiniones de personas que ven cierta contradicción en la postura religiosa de Buñuel:
·       Manuel Alcalá, jesuita: Buñuel fue creyente católico y muy buen conocedor del catolicismo y del dogma católico. Luego por su crisis de fe, se transformó en un ateo militante y antiteista, aunque como él mismo decía, “gracias a Dios”. […]
Buñuel fue pues un hombre de contradicción en quien se afirmaban, negaban y contraponían, simultánea o sucesivamente, múltiples escalas de valores. De semejante actitud hizo su divisa personal y ahí radicaba gran parte de su genial dinamismo. Pues bien, tal vez la zona de su ser  donde se refleja más intensamente tal dialéctica es la relativa a la fe en Dios y a la negación del mismo: creencia y ateísmo.[7]
·       Orson Welles: “Es un hombre profundamente cristiano que odia a Dios como sólo un cristiano puede hacerlo...y naturalmente, es muy español. Considero que es el director más excelsamente religioso de la historia del cine.”[8]
·       Gabriel Figueroa opinaba que Buñuel sólo era “irreverente, no contrario al catolicismo. La ironía está en que, a pesar de que sus películas son estigmatizadas como antirreligiosas y anticatólicas, en realidad Buñuel se está preparando para la otra vida, intentando acercarse a Dios en todo momento. Es uno de los hombres más religiosos que he conocido.”[9]
·       Rafael Alberti: Las cosas eclesiásticas me gustan mucho, como a él. Pero creo que .Buñuel, en el fondo, es un hombre religioso y comple­tamente católico, que cree en el infierno y que tiene terrores nocturnos.[10]
·       Artela Lusuviaga: La fe de Luis Buñuel, como hombre racional ya metido en una cultura, en una época, ya liberado, ya dado el salto de la juventud, sí lo considero un hombre estrictamente ateo. Por cuestiones ideológicas y, sobre todo, marcado desde su primera obra hasta la última, Tristana, marcado por el ateísmo de Sade. A un nivel personal, subconsciente o afectivo, Buñuel es un hombre estrictamente religioso, sin que se pueda precisar, y estrictamente religioso cristiano. De ahí uno de los temas que yo he encontrado en Buñuel, el tema místico. Considero a Buñuel, en ciertos momentos, entre los grandes místicos.[11] […]
Esta anécdota sobre la existencia de Dios y sobre la posible creencia o no creencia de Buñuel creo que toda la vida la ha mantenido Buñuel a un nivel racional, y tomada la argumentación estrictamente del marqués de Sade. Por otro lado, yo veo a Buñuel, ya en el plano personal, un hombre estrictamente reli­gioso, pero a un nivel inconsciente o subconsciente.[12] […]
Pero a nivel emocional en Buñuel existe una religiosidad y un fervor religioso que es lo más admirable en lo que yo sé de él. Y en el trato con Buñuel, lo más admirable es ese fervor religioso.[13]

Buñuel rechaza el cristianismo, pero se nota perfectamente que él mismo ha sido marcado por este. Se han hecho muchas interpretaciones de la obra de Buñuel y entre ellas: la de un cristiano a pesar de él mismo.
Por definición un ateo puro niega la existencia de Dios y no se ocupa en absoluto del cristianismo.
El ateísmo de Buñuel, escribe Jean Collet, es el de un surrealista español. Por tanto el de un poeta atento a lo sagrado, todos los verdaderos surrealistas no han hecho más que intentar una exploración del más allá por sus propios caminos. En la revolución surrealista están unidos en Buñuel el gusto por lo blasfemo, el rechazo al orden social existente, la búsqueda de la libertad y del amor sin trabas. Pero, para un cristiano, el ateísmo de Buñuel es purificador en la medida en que fustiga las caricaturas de un verdadero cristianismo, de una auténtica vida de la fe. El cristianismo teme mucho más al indiferente, al escéptico que al ateo: “Del ateo y del santo, se preguntaba Jacques Maritain, cuál de los dos es el más intratable, el más entero, el más duro, quién hunde más profundamente el hacha en las raíces del árbol. El ateísmo de Buñuel puede revelarse propedéutico para la fe verdadera si recordamos la célebre frase de F. Dostoievski en  Los poseídos: “El perfecto ateísmo se sostiene en la cima de la escalera sobre el antepenúltimo peldaño que conduce a la fe perfecta.[14]

Terminamos con una anécdota recogida por Carlos Fuentes: Su raíz católica estuvo siempre en combate contra su catolicismo, pero formaba parte de una cultura católica. […] Régis Debray, el teórico francés de la revolución […] tomó a Buñuel de las solapas y le dijo: “No le soporto a usted Buñuel […] Sólo gracias a usted, a sus obsesiones, la gente sigue hablando de la Santísima Trinidad y de la Inmaculada Concepción de María. Usted ha mantenido viva toda la cultura del catolicismo con sus malditas obsesiones. ¿Yo le detesto Buñuel!”
Hay algo de eso: Buñuel universalizó todo lo que tocó.[15]
Y una frase esclarecedora del realizador: Todo lo que no es cristiano me es extraño. ¿Bonita frase, no[16]?


[1] Tomás Pérez Turrent y José de la Colina: Buñuel por Buñuel, Plot, 1993, pág.102
[2] Luis Buñuel: Mi último suspiro. Plaza & Janés, 1982, pág.21
[3] Ibídem, pág.26
[4] Tomás Pérez Turrent y José de la Colina: Buñuel por Buñuel, Plot, 1993, pág.102
[5] Ibídem, pág.102
[6] Ibídem, pág.141
[7] Manuel Alcalá: ¿Teísmo anónimo de un ateísmo explícito?. En, AA. VV.: Camino y encuentro con Luis Buñuel. Encuentro Internacional de cine de Burgos, 1994, pág. 33
[8] Orson Welles a Peter Bogdanovich. En: John Baxter: Luis Buñuel. Una biografía. Paidós, 1996. pág. 12
[9] John Baxter: Luis Buñuel, Una biografía. Paidós, 1996. pág.  310
[10] En: Max Aub: Conversaciones con Buñuel, Aguilar, 1985, pág. 293
[11] Ibídem, pág. 469
[12] Ibídem, pág. 479
[13] Ibídem, pág. 480
[14] Michel Estève : Luis Buñuel y el Cristianismo. En: Obsesión es Buñuel. Asociación Luis Buñuel, 2001, pág. 139
[15] Carlos Fuentes: Buñuel viaja en tranvía. En: Nickel Odeon, nº 13, Invierno 1998, pág. 169
[16] Max Aub: Conversaciones con Buñuel, Aguilar, 1985, pág. 49

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